El artista
boliviano Orlando Arias Morales, recibe el premio Francisco de Goya 2017 en la
ciudad de Barcelona, España el día 6 de mayo en el Salón Espejos del Gran
Teatro del Liceo, es el teatro en activo más antiguo y prestigioso de
Barcelona, además uno de los más importantes del mundo.
Esta distinción
al Maestro Arias me da motivo para escribir sobre su pintura,
permitiéndome con ello el penetrar en sus
pensamientos y sus sentimientos, puesto que en
sus obras artísticas están
impregnadas la huella de sus vivencias, el conocimiento adquirido. Además de tener
una excelente técnica al manejar diversas texturas y un dominio del color, su
obra se caracteriza por su contenido, son muy pocos los artistas que dan más
importancia al contenido de sus obras que al manejo de la técnica, en cambio la
mayoría de los pintores solo les preocupa la técnica, olvidándose que el arte
tiene otros componentes que tiene mucho que
ver con la sociedad, donde el arte de hoy debe ser mas coherente y comprometido con los momentos en que vivimos aportado con
ello un bien social, aquí precisamente en esto está lo difícil de hacer arte, porque
primeramente uno debe ubicarse en el escenario de la vida, saber con certeza lo
que quiere, cuál es su misión en este Mundo, el sentido objetivo de vivir, y
puedo asegurar que en las obras de Orlando están las respuestas a estas
preguntas, ése es su mérito porque además de emocionarnos nos hace pensar sobre
el motivo de nuestra existencia, al decir todo esto me recuerda al arte del
antiguo Egipto, Maya, Azteca, Inca.
A lo largo de
toda la trayectoria artística de Arias vemos que el principal ingrediente es la
creatividad, no sigue un parámetro establecido, tampoco se deja contagiar por
las nuevas tendencias de hacer arte, no pinta lo que sus ojos físicos ven tal
cual es el modelo, su imaginación es aguda para descubrir el fondo oculto de la
naturaleza de las cosas, es sincero consigo
mismo y pinta lo que le sale del corazón, por ello sus obras son únicas y
auténticas, esto es lo que le caracteriza a un auténtico artista, tener su
propio sello de identidad.
Anexo a él como
pintor esta su otra faceta la de
Escritor, Al leer las obras literarias de Orlando podemos comprobar el
paralelismo que existe con sus últimas creaciones pictóricas de la serie “Ciberandinos”
“homo evolutis” o “Teúrgia andina”, donde el principal protagonista es el ser
humano convertido en máquina que imita todo lo que ve, no es consciente de sus
actos y en la serie “Siluetas atmosféricas” nos plantea la multiplicidad
dimensional de la naturaleza donde nosotros como personas no solamente somos
este cuerpo físico, sino que también tenemos otros cuerpos de distintas
densidades unos más etéricas que otras como son el cuerpo vital, emocional,
pensante, entre otras.
Vamos a recordar
lo que otros importantes críticos de arte han escrito sobre éstas últimas obras
del maestro Arias: El poeta y crítico de arte Federico Villegas al referirse a
una de estas series escribe: ”El hombre de hoy, muy a pesar
del pintor que quisiera plasmarlo con las dimensiones positivas del ser
humanista, es todo lo contrario, está derrumbado, atraído por el oro que lo
encandila y lo emborracha de frivolidades, le hace perder el equilibrio y lo
convierte en robot o computador, lleno de fichas y de fechas, lejos del calor y
del aliento humano… “ por su parte Jhon Lluis Montané de la Asociación
Internacional de críticos de arte, escribe: “Hay futuro, pero también un sentimiento intenso de soledad, de
estar aislados en un planeta enfermo, falto de moral, sin valores, reflejando
la angustia en los robots que son personas, pero, también máquinas, porque la
fiebre del consumismo nos ha convertido en almas en pena, sin ideales, en un
mundo siempre enloquecido por la fiebre de poder. En un planeta de choque de
intereses, nosotros, seres que estamos iluminados pero no lo sabemos, aspiramos
a la iluminación pero nos venden marcas y productos para prolongar la mirada de
la ciencia en el devenir de la forma. Nos preparan para vivir más en un
contexto banal, en el que lo que importa es el exterior luminoso y no el
interior iluminado”. Finalmente citaré lo que escribe Julia Saez, también de la
Asociación Internacional de Críticos de Arte: “De su serie de Ciberandinos,
el artista ha pasado a la de Homo Evolutis, dentro del discurso filosófico y
humanista que caracteriza su obra. Ortega y Gasset habló en su célebre libro de
la deshumanización del arte; Orlando Arias habla en su pintura de la
deshumanización del hombre, manipulado por los transhumanistas. La cibernética,
la tecnología, la nanotecnología, la robótica, el ciberespacio… están
conformando un nuevo tipo de hombre, que puede ser manipulado con más facilidad.
Homínidos o androides biológicos, remedo de nuestra biología humana”.
En conformidad
con todos estos argumentos tan precisos
y coherente de lo que hoy representa la
vida y la Obra de este pensador y activista
gran Genio de las Artes.
Solo me queda felicitar a Orlando por esta
prestigiosa distinción que muy merecido lo tiene, sus obras no deja indiferente
a nadie, puesto que cada una de sus pinceladas está cargada de sus
sentimientos, sus pensamientos y mucho amor al arte.
Antonio Calderón de Jesús
Director del Centro Internacional de Arte
Miembro de la Asociación Española de críticos de Arte
Director del Centro Internacional de Arte
Miembro de la Asociación Española de críticos de Arte