Orlando Arias Morales (Potosí, Bolivia, 1954) está considerado como uno de los mejores acuarelistas del momento. La crítica de arte Julia Sáez-Angulo, de la Asociación Internacional de Críticos de Arte. AICA ha escrito sobre su obra:
“La verdadera literatura es la fantástica, afirmaba el escritor Jorge Luis Borges, frente a la literatura realista que hablaba de lo cotidiano e inmediato. Algo similar cabría decir del arte figurativo; el que nace de la imaginación y la fantasía es más singular, más personal de un artista, que el realista del que sólo busca la mímesis de la naturaleza o del modelo.
El pintor –también escritor- Orlando Arias Morales, maneja con maestría el concepto, en paralelo al color. De su serie de Ciberandinos, el artista ha pasado a la de Homo Evolutis, dentro del discurso filosófico y humanista que caracteriza su obra. Ortega y Gasset habló en su célebre libro de la deshumanización del arte; Orlando Arias habla en su pintura de la deshumanización del hombre, manipulado por los transhumanistas. La cibernética, la tecnología, la nanotecnología, la robótica, el ciberespacio… están conformando un nuevo tipo de hombre, que puede ser manipulado con más facilidad. Homínidos o androides biológicos, remedo de nuestra biología humana.
El pintor andino domina el equilibrio de la forma y el color en sus óleos y acuarelas, para no se dejarse avasallar en exceso por el concepto que las genera. Fondo y forma constituyen la esencia de esta pintura de dibujo imaginativo y fabulado, de cromatismo encendido y brillante. Pintura de génesis en sus propia raíces. Obras de arte que revelan el dominio de un maestro.
En su iconografía reciente vemos figuras oferentes, cristalizadas, lampadarias, canéforas, cariátides, encastilladas, ensimismadas… Formas y figuras simbólicas que condensan un misterio.
Contemplación y Reflexión
Si existe un rico mundo cromático, ese es el de Orlando Arias, un pintor silencioso y observador, que sabe lograr la intensidad del color sin caer jamás en la estridencia, que nos ofrece dibujos, figuras nuevas, visionarias y/o proféticas, nacidas del ensueño, el duermevela o la fantasía. En suma, de la imaginación creadora. La suya es una pintura de contemplación de futuro, que él no quiere transcribir plásticamente como amenaza, sino en todo caso como reflexión y advertencia. Pintura más allá de la utopía y la ucronía. Testimonio simbólico que no pierde el aura del arte.
Homo Evolutis, -hombre evolucionado-, es una serie pictórica nueva en la trayectoria artística de Orlando Arias. Un punto y aparte o quizás una vuelta de tuerca en su creatividad, en el mundo de su pensamiento. Viajero, cosmopolita, hoy afincado en Madrid, el pintor andino se entronca con firmeza en la fecunda familia de artistas como Kandinsky o Paul Klee, creadores de mundos y expertos del color. Una saga noble. Una línea de artífices que renuevan la manera de ver el arte, sin apartarlo de una de sus cimas, la belleza. El arte no existe. Sólo existen los artistas, dice Ernst Gombrich en su Historia del Arte (1950). Los artistas que generan una obra con identidad propia, como es el caso de Orlando Arias”.
Fuente: Portal de “Asociación Madrileña de Críticos de Arte” AMCA
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